sábado, 1 de octubre de 2016

Es "San Cristóbal" desde el s. XIII


Esta entrada continúa en "San Cristóbal" desde MUCHO ANTES de 1276
Agresiones a la lengua vasca y a la española
Decíamos hace unos días que la lengua española y la vasca vienen padeciendo, desde antes de la Transición, una agresión muy concreta: escribir en castellano, pero con grafía del euskera actual: txantrea, pintxo, juebintxo, txikito...
Insistíamos en que el destrozo afectaba a ambas lenguas navarras. Para el castellano es evidente. Pero no creo que sea menor para la lengua vasca. Quienes, en un contexto de lengua española (vg. San Fermín Chiquito), usan "Txikito", o los otros palabros citados anteriormente, flaco favor le hacen a la lingua navarrorum, porque venden como euskera lo que no es sino un castellano mal escrito.

A golpe de consigna
Cuando ya había dado por zanjado el asunto, me he encontrado en Facebook un comentario ("¿No sabes que se han perdido muchos toponimos euskerikos de nuestra geografía solamente porque se antepuso otro con clara referencia religiosa o castellana. ejemplo San Cristóbal por Ezkaba que era mucho más antiguo?") que me ha hecho desolvidar otro desaguisado: el intento de sustitución del topónimo "Monte San Cristóbal" por "Monte Ezkaba", esta vez a golpe de consigna.
Y lo repito: este intento de sustitución lo estamos viviendo todos y está sucediendo ante nuestras narices,  a golpe de consigna de quienes sabemos.



Los niños del Redín
En mi infancia, allá por los 50, cuando jugaba en el Redín, solíamos mirar a San Cristóbal y distinguíamos como tres lomas o partes (ver imágenes anteriores): a nuestra izda. la loma más alta, donde está el Fuerte; luego, la zona de las Canteras y Polvorín; y más a la dcha. la tercera loma, lindando con Huarte, a la que llamábamos Ezcaba. Para nosotros, todo, las tres lomas, era "el monte San Cristóbal".
Pero me imagino que a quienes hoy funcionan por consignas les importa un pepino lo que pensábamos los niños de la Vieja Iruña de entonces y lo que hoy sentimos cuando vemos sus desatinadas pretensiones.
Más vale que el gran Iñaki Lacunza, trovador e historiador, en su Himno a Pamplona nos lo sigue recordando:
Pamplona, ciudad hermosa,
entre Ribera y Montaña,
duerme al pie de San Cristóbal,
arrullada por el Arga

El SITNA
Cuando, para asegurarme, he ido a mirar el SITNA, me he encontrado esto, que confirma lo que decíamos de niños:
Ved con más detalle los dos recuadros naranjas:

Dicho sencillamente, el SITNA mantiene para la cumbre el nombre único de San Cristóbal y llama Ezcaba, a la zona de la loma más cercana a Huarte. 

El motivo del intento
El motivo de este intento de cambiar el nombre es evidente: se trata de un nombre en castellano y el bueno de San Cristóbal ("portador de Cristo") no goza del fervor del que gozan San Miguel (ver 4ª nota) o Santa Águeda (hacia la mitad de la entrada: Euskal Herriko eguna). Creo que San Donato (que se vaya preparando) tampoco tiene el pedigrí exigido.

La excusa para acabar con San Cristóbal
En cuanto a la excusa, también es clara. Dicen que antes de que se hiciera la ermita, allá en la cumbre del monte (o "sobre el camino que desde Capuchinos va, por el portillo, a Orrio y Maquirriain, vía llamada antiguamente de Ezcaba"), aquello se llamaba Ezcaba.
Sin embargo, la página más documentada que he encontrado (en Wikipedia y de título "Monte Ezcaba" ¡qué objetividad!) dice que para el monte, la denominación más antigua es de 1291, Ezquaba, (yo sólo he encontrado Escaua”, de 1294) y añade que de la ermita de San Cristóbal hay memoria desde el siglo XIII.
Si no calculo mal, 1291 es finales del XIII, por tanto no puede asegurar que sea anterior a la ermita.
Añade, entonces, su autor que el pueblecito, de nombre también Ezcaba -situada en la falda norte, en el medio de la alineación montañosa (ver imagen general del mapa, subrayado en rojo)-, ya está documentado en el siglo XI.
Pero eso no demuestra que el monte tomara su nombre antes de la fecha de la que hay constancia: 1294, finales del XIII.
Partida por el camino blanco, la división entre la 2ª y 3ª loma de San Cristóbal
En conclusión...
El pueblecito Ezcaba (Eschaua) está documentado desde 1095, pero el nombre de San Cristóbal está registrado antes que el nombre de monte Ezcaba.
Como reconoce esa misma página, "a lo largo de los siglos (XIII, XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, XIX y XX; lo pongo así para que nadie piense que es cosa del Franquismo o de la Conquista de Navarra), el hagiónimo ("nombre de santo": San Cristóbal) fue ganando terreno" a costa de Ezcaba, que quedó asignado al extremo sureste de San Cristóbal.
No hay, pues, ninguna razón basada en la tradición, la antigüedad... para arrinconar el nombre de San Cristóbal. Tan sólo que es un nombre castellano, cristiano y -aunque les fastidie- el más popular.
Es, pues, simplemente una consigna de quienes todos sabemos.
¿Lo conseguirán? De ti y de mí depende, porque de los que nos gobiernan en Navarra, mejor ni hablamos.

Para evitarlo estoy pensando en promover la reconstrucción (a ver si Martinena nos encuentra los planos) de la Ermita de San Cristóbal (que, al parecer, llegó a ser Monasterio)

Actualización 25.12.2019

Fue en 1878 cuando se inició la construcción de la carretera que conduce a la cumbre y que permitió iniciar la construcción del fuerte. Una vez concluido se convirtió en acuartelamiento de Artillería hasta el año 1929, cuando fue destinado a penitenciaría militar. Dos años después, el gobierno de la II República le puso el nombre de "Fuerte de San Cristóbal" y se entregó al Ministerio de Gracia y Justicia, que en 1934 lo convirtió en prisión. Acogió durante la guerra a 2.478 presos, y en el año 1938 fue escenario de una fuga de 795 personas que fue “fuertemente reprimida” con más de 200 ejecuciones. El fuerte fue declarado Bien de Interés cultural en el año 2001, con la categoría de monumento.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Después de la "cruzada" del 36 hubo un ambiente asfixiantemente ultracatólico en Navarra. En mi opinión, estamos viviendo una reacción pendular que explica el rechazo a muchas manifestaciones religiosas. Un dato muy revelador es la falta de seminaristas, junto con la folklorización de procesiones, sacramentos, etc. Este cambio de nombres que mencionas lo sitúo en este fenómeno. No sé si estás de acuerdo.

Ispán dijo...

O tal vez un muy posible rebrote del peor anticlericalismo cristofóbico de la izquierda extrema , al estilo decimonónico y que comienza por el lenguaje , y el peor que llevó a los extremos de principios de la 2ª República que terminó como todos sabemos . Ese anticlericalismo por parte de esos neoizquierdistas de extrema radicalidad de jóvenes ( o no tan jóvenes) que se supone han tenido un acceso a la educación que carecieron otras generaciones, que incluso han hecho ascos al espíritu de concordia o a la conciliación que en determinado momento de los años 50 del pasado siglo comenzó como estrategia del PCE y que había calado , aunque parece que no tanto, en la sociedad española. Jamás creí que habría que oír eso de “ arderéis como en el 36” y demás lindezas por el estilo.
“ Es, pues, simplemente una consigna de quienes todos sabemos.” dice el sr.Mendiburu. Creo que no le falta razón , por eso no dejo de pensar que se trata de un componente político, que es la consideración que en Navarra tiene que predominar lo eusquérico y por ende la desaparición de cualquier denominación de suene a romance, es decir a español. No importa cual fuera la historia de la formación del reino de Navarra y su pluralidad . El objetivo ya se sabe. La historia es la que dicen y la que se quiere imponer en Navarra y en otras partes de España.. Un poco parafraseando a Humpty Dumpty en Alicia en el país de las Maravillas , cuando yo hablo digo que la historia sucedió así , quiere decir lo que yo quiero decir lo que yo quiero que diga y la cuestión es saber quién manda.

Anónimo dijo...

Es mucho más que "una consigna de quienes todos sabemos.”. Las consignas para triunfar deben caer en terreno abonado. Ese terreno es el rechazo a una religiosidad impuesta por la fuerza, junto con un nacionalismo español empalagoso que produce una reacción de asco en amplias capas. En ese doble terreno prosperan lo antirreligioso y lo antiespañol.
Si no, explíquenme cómo después de cuatro décadas sin oposición a la religión, y con todos los recursos del Estado a su favor, la sociedad da la espalda a la Iglesia.